Carnavaladas para la Murga

rondallaBuenas noches, queridos amigos y amigas, vecinos y vecinas y en especial, colegas de la Murga.

Además, este año buenas noches por partida doble porque debemos felicitarnos por la aparición de una Murga femenina. Si en los próximos años conseguimos una mixta, ya lo dejaríamos bordado.

Enhorabuena por las coplas bien compuestas y mejor ejecutadas. Si tuviera que apostillar algo simplemente diría que os ha faltado alguna referencia al tripartido. Ese tema se ha quedado corto.

Si digo murga, digo comedia, si digo murga, digo chiste, digo burla, ocurrencia, chanza, payasada, diversión, candonga. Si digo murga, digo pitorreo digo cachondeo, caraba, chufla, mofa, befa, chunga. Si digo murga digo chanza, digo chascarrillo, sutileza, chacota, guasa, gracia, agudeza, ingeniosidad, fiesta, jarana…

Pero sin duda el mejor sinónimo de todos los que podemos encontrar en los diccionarios, el que más de acerca a lo que nos congrega cada año en este teatro no es otro que… carnavalada. Carnavalada: acción o bromas propias del tiempo de carnaval.

Y seguro que en el resto de España una carnavalada es un arte menor, como la composición de entremeses entre las partes de una obra. Claro que en el resto de España no saben qué significa Carnaval. Aquí en Ciudad Rodrigo el Carnaval está tan arraigado y tiene tanta fuerza que, como ya nos dijo una ilustre periodista y pregonera lo utilizamos hasta como unidad de medida. A ver si os pensáis que eso de ACDC es “antes de cristo” y “después de cristo”. No os equivoquéis. Aquí en Miróbriga medimos el tiempo Antes del Carnaval y Después del Carnaval. Oye, ¿cuándo se arregla este bache? Después del Carnaval ¿y la farola esa fundida que lleva más de un mes? Después del Carnaval. Y por tanto, siendo el epicentro de nuestra actividad, algo que prácticamente hace que la ciudad se paralice durante un mes… hablar de una carnavalada en Ciudad Rodrigo es una cosa muy seria.

Murga. Carnavalada.

¿Qué sería del Carnaval sin esta Murga, sin la Rondalla Tres Columnas? ¿Qué sería del Carnaval sin la fiesta del descaro, de la hilarante crítica, de los chistes, de las rimas, el retintín, las referencias a los políticos y con un cariz más contemporáneo… ¿qué sería de nosotros sin las entradas a escena del nunca bien ponderado José Luis, el de Águeda o sin el pequeño Nicolás?

Esta fiesta, nuestra fiesta, el pagano Carnaval, es un excelente momento para para dejar en suspenso por unos días nuestros problemas y disfrutar de nuestra maravillosa gente, de los forasteros, para cantar y bailar, y para reírse de uno mismo.

Cuando veo a la murga me acuerdo de El Nombre de la Rosa, esa maravillosa novela en la que un monje franciscano mezcla de Guillermo de Ockham y Sherlock Holmes intenta resolver unos asesinatos en los que termina estando involucrado el segundo volumen de la poética de Aristóteles, dedicado a la comedia. En el Nombre de la Rosa la trama se desarrolla en un monasterio donde está prohibida la risa… y viene el tripartito y mete a la murga… en un convento. Acabáramos.

Lo dicho, muchas gracias por hacernos reír y especialmente muchas gracias por usar la sátira para la crítica política. No sé qué sería del Carnaval sin la Murga pero sí sé qué sería de nosotros mismos sin la risa y sin los chistes, sin las carnavaladas.

No lo olvidéis: bienaventurados los que se ríen de sí mismos, porque la diversión les durará toda la vida.

Hasta el año que viene, feliz Carnaval y feliz risa. Viva la Murga, Viva el Carnaval y vivan las Carnavaladas.

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