Ayer se publicó un informe del Consejo de Europa en el que destaca con preocupación la existencia de colegios gueto en España. Es uno de los problemas que se han derivado de un modelo de conciertos educativos que no sólo privatiza un servicio público elemental sino que además no pone coto a las prácticas más rastreras de las que los colegios concertados se sirven para la selección del alumnado.
En todas las ciudades hay colegios gueto, y son fácilmente identificables. Lo más común es que estén situados en barrios marginales o semimarginales con una gran parte de la población inmigrante y gitana excluida de la sociedad que mal llamamos “normalizada”. Yo he podido trabajar en el Gabriel y Galán de Cáceres, pero conozco el caso de Buenos Aires en Salamanca y otros muchos en diferentes puntos de la geografía nacional. En nuestro caso es evidente que “El Puente” puede meterse dentro de ese grupo. La dinámica de todos estos colegios es similar, aunque en Ciudad Rodrigo cambia un poco. Normalmente, tras los procesos de reubicación semiforzada del colectivo gitano en determinados barrios realizados en los años 80, se dan cita una serie de factores que hacen de caldo de cultivo para que el resto de alumnos abandonen el colegio.
Multiverso Incognoscible 