Aprendiendo a leer poesía

La poesía no es para mí. Lo he intentado en ocasiones y me doy de bruces contra muros que ni siquiera percibo. Tú, al contrario, me miras siempre desde la atalaya y me susurras a gritos que debo abrir mi entendimiento, aprender a disfrutar. El mundo a través del arte puede hacerse más sencillo, o endiabladamente complicado. Mientras tanto, el arte se torna en la máxima aspiración del ser humano, tenga o no cobijo alguno. Es necesidad, como el comer; es laborar, como la política.

El arte forma parte de nosotros y nos define mejor casi que ninguna otra dimensión. Por más que perjuremos o neguemos es imposible desprenderse sin traspasar la frontera más delicada. Tú me lo enseñas cada día a pesar de mi torpeza, de lo lerdo que soy.

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